Si solo basamos nuestra comprensión de Dios en lo que otros opinan acerca de Él, podemos terminar creyendo que Dios es contrario a todo: a la música, las películas, al sexo, a la risa, a la diversión, y así sucesivamente. En pocas palabras: ¡Contrario a la vida!
Desgraciadamente, tenemos la impresión que Dios dice “NO” a cosas en la vida. Quizás recibimos esto en la iglesia o de alguna enseñanza que aprendimos a lo largo del camino. A veces podemos ver a cristianos que están constantemente acosando a otros para que sean correctos, acusándoles de no vivir “un estilo de vida más cristiano.” Si solo basamos nuestra comprensión de Dios en lo que otros opinan acerca de Él, podemos terminar creyendo que Dios es contrario a todo: a la música, las películas, al sexo, a la risa, a la diversión, y así sucesivamente. En pocas palabras: ¡Contrario a la vida! Pero hay algo fuera de equilibrio cuando nuestra comprensión de Dios se centra solamente en torno a las cosas que Él está en contra, sean reales o imaginarias, ¡y no cosas de las que Él está a favor! Y no me malentienda por favor: Dios está en contra de un montón de conductas pecaminosas que vemos expresadas en la Biblia, pero Él está a favor de muchísimas maneras sanas de vivir, incluido el placer real. Más aún, Él está a favor de que la gente le conozca y experimente la vida, no con culpa sino como un regalo.